Mi pecho se acordó de morder azahares
Flameando en el interior del vértigo
Mordió profundamente hiriendo
A la lívida fragancia de las flores
Huyendo a mares en la primavera melancólica
Queriendo volver a un tiempo esfumado
Corriendo sin rumbo en la tarde diseminada
Por largos senderos desgastados.
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Mi pecho se acordó de morder azahares
Flameando en el interior del vértigo
Mordió profundamente hiriendo
A la lívida fragancia de las flores
Huyendo a mares en la primavera melancólica
Queriendo volver a un tiempo esfumado
Corriendo sin rumbo en la tarde diseminada
Por largos senderos desgastados.